Colima es una ciudad que tiene a las clases sociales divididas por una vía, a este trazo formado por vigas de madera y metal, se le conoce como la vía de las carencias.
Esta línea lleva y trae a cientos de indigentes que buscan en el centro de la ciudad un poco de dinero para comer, también, este sitio es refugio de algunos que pierden el juego de las vencidas con las drogas o el alcohol.
Entre las voces que se escuchan al rugir de la locomotora, algunos murmuran que “los pobres viven de las vías para abajo (sur) y los ricos de las vías para arriba (norte)". Los que se quedan en medio, tienen la fortuna de pedirle a los ricos y robarle a los pobres para vivir en la inmundicia.
En este fotodocumental, se muestran a parpadeo de lente, algunas historias breves de hombres y mujeres carentes de riqueza monetaria, pero con un rol protagónico en este escenario que recorre toda la ciudad, para ofrecer el mejor espectáculo… la vida tal y como es cuando uno se desvía de su propio camino.
De la mezcla de alcohol etílico y agua con saborizante de sobre con azúcar, surge la poción que deja al Tiki noqueado sobre la lona casi todos los días de la semana.
Una indigente se detiene en el Parque Hidalgo para ver lo que ha recolectado en su andar del día. Dentro de sus pertenencias destaca un rectángulo, cuyo paisaje le juega una mala pasada con la realidad que le acontece.
Un hombre recorre varios kilómetros para buscar leña y encender la llama que apaga el rugir de tripas. Al llegar a su casa su cómplice lo espera para efectuar el atraco a la naturaleza.
En la vía de las carencias la arquitectura de las casas incluye materiales 100 % reciclados, algunas viviendas literalmente son construidas con los desechos de otras personas.
La hora del cigarro llega cuando el sol comienza su espectáculo del atardecer, ese momento con tonos anaranjados o con contrastes grises cuando la lluvia amenaza a los desprotegidos.
Para aquellos que no tienen ataduras al terruño, cualquier lugar de la ciudad es su hogar. No existen lugares pequeños para las personas que son libres de poseer la tierra.
A lo largo de la línea metálica hay algunos indigentes que se volvieron familia, se cuidan, comparten los alimentos y pasan las tardes fumando, cantando, bebiendo y contando sus anécdotas de vida.
Los guardianes de la vía de las carencias son aquellos que se mantienen atentos a lo que acontece, no siempre los puedes ver y además algunos tienen un Dios al que se aferran con mucho fervor.
Algunos indigentes han cambiado las vías metálicas por el asfalto, quizá, en su imaginario piensan que mientras más largo sea el camino, más promisorio puede ser el destino, y así, dejar atrás aquella vía llena de carencias sociales.
Las fotografías son de Miguel Murillo.
La vía de las carencias tuvo una realización de más 5 años y es una historia trazada en las vías del tren que atraviesan la ciudad de Colima.
¡Gracias por ver y compartir mi trabajo!
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